jueves, 10 de diciembre de 2009

Viernes... algo americano.

Hola a tod@s!
Ya estoy en mi ciudad (Madrid), aquí está reinando el clásico invierno de días soleados pero fríos. Atrás he dejado una ciudad que me impresionó, nuevos amigos y cosas especiales que se dan cuando el corazón está abierto.
A St Louis llegué con el agobio del viajante y las ganas de olvidar un pasado que me consumía. Allí me re-encontré con un amigo algo más gordo, un pelín más cascarrabias pero igual de científico y dadivoso. También descubrí una ciudad con encanto y personas que la hacen más entrañable aún. Por otra parte, se me dio una segunda oportunidad para ver de cerca a esta especie de raza que se ha creado con la inmigración de todo el mundo y no precisamente de la mezcla de todo el mundo: el americano.
Será pretencioso dar una visión del americano y seguro que se me quedaran aristas por exponer, brillos por resaltar y un largo etc por enumerar… No obstante esta es mi opinión y la comparto con vosotros como cuando un amigo va de viaje al Congo y cree regresar con la verdad sobre el país africano, sin tener en cuenta que estuvo un sólo un par de semanas y con una Visa en el bolsillo.
Los americanos: exponen como nadie, da gusto verles “vender” sus datos a los que son científicos, recitar el menú en cualquier restaurante a los camareros, contar una anécdota o cualquier cosa en la que intervenga la expresión oral. No importa que los datos sean una auténtica mierda, tampoco que el menú sea un “fast food” de los malos o que la anécdota sea digna de tirar a la basura… el americano es especialista en oratoria y desde pequeños les enseñan hacerlo… por ello tienden al histrionismo. Contradictoriamente, les encantan los acentos, hablar inglés con acento de cualquier otra parte es un plus de simpatía y eso los hace adorables. Eso sí, muchos usan calcetines blancos, son una mezcla de mal educados y bien instruidos (por la calle te puede saludar un desconocido pero en el pasillo del sitio donde trabajas no te dice “hi” ni dios), les gusta la informalidad (el estilo “casual”), cosa que ocasiones roza el extremo… eso de subir los pies en cualquier parte y cualquier situación parece proporcionarles un cierto rango al científico prestigioso o al empresario de éxito. Son creativos… pero fundamentalmente se lo creen, cosa que al resto del planeta le cuesta. A veces son autistas y adictos al ipod; en ocasiones me daba la impresión que intentan la comunicación telepática… esto último no tuvo éxito conmigo. Aman el pragmatismo y la verdad. Sin embargo, a pesar de algunos siglos y un negro en la casa blanca, el racismo sigue en pie en los Estados Unidos. Es algo subterráneo… yo diría que está dentro de las venas. El negro no se mezcla con el blanco y este último llama afroamericano a su compañero de trabajo negro, pero no lo invita a la BBQ con sus amigos. Las parejas interraciales y las fiestas multinacionales sólo se dan en lugares de élite intelectual como los campus universitarios. Aunque parezca increíble existen locales para negros donde los blancos no son “welcome”. La línea divisoria entre estos dos mundos es invisible pero fácilmente reconocible.
Muchas otras observaciones se me quedan en la mente pero quiero terminar con una que me gusta: Hoy por hoy, el optimismo (por el contrario de los españoles) está invadiendo al americano, esto se respira a muchos niveles y a pesar de la crisis… como muestra la última película de Woody Allen (Whatever Works). Mejor que nadie Allen ha evidenciado mi anterior afirmación. Dicho sea de paso, Whaterver Works es una fantástica vuelta del genio que siempre ha sido Woody Allen: Actuaciones memorables, diálogos sublimes, comedia del alto nivel, lo mejor… vuelve la física cuántica y la explicaciones sobre la vida pero con un optimismo que deslumbra. Por otra parte: ¡toca el toma gay! Cosa más que extraña en su filmografía.
En otra cuerda y siguiendo con Allen, se anuncia la participación de Carla Bruni en su próxima película… hasta los genios se equivocan. Maria Elena Llorente (la única rubia del Ballet Nacional de Cuba) aquella que llamaban “la perfecta” cumplió 50 años de vida artística. En UK se monta un “reality show” para buscar artistas plásticos, el formato sigue siendo la misma bazofia. Suiza vota NO a los minaretes. Me preocupa la decisión europea de poder intervenir y desactivar los blogs… otro paso más y llegamos a las medidas chinas y cubanas que tanto criticamos. Moviéndonos a Cuba, el gobierno moviliza a la isla, militarmente hablando, previendo una invasión imperialista… y es la gran respuesta de Raúl Castro a la mano tendida de Obama. ¿Se puede ser más imbécil? El negro hoy (10 de diciembre) está recogiendo su Premio Nobel y El País sólo reseña su discurso olvidando a los otros premiados… vaya que como tan sólo son científicos de renombre, a quién les puede importar. El mismo diario publicó ayer en letras grandes: “El 10% de los gays españoles tiene el VIH”, amén de la estadística… creo que el periódico erró con este titular. Siguiendo en la madre patria, la SGAE cobrará a las bibliotecas públicas, en concepto de derecho de autor, por prestar libros; una medida muy social que fomentará la cultura general. Y la última de este querido gobierno: la ministra de Ciencia e Innovación ha destituido a Carlos Martínez del ministerio, este último no estaba de acuerdo con los recortes en investigación. Lo sustituye un pseudo científico-empresario que seguro vigilará y mucho porque la basura de estrategia de este ministerio sea peor que lo pensado. Lo digo muy claro: Zapatero la próxima vez te va a votar tu abuela. Sólo que no sé a quién votaré porque la derecha jamás me tendrá en sus filas.
Os quiero,
Ed.
PD: Mi mama ha cumplido no sé cuantos años. Emma WAO!!! Sebas buen viaje. Karel felicidades por tu cumple.

2 comentarios:

Emanuela dijo...

Eduardo,
lo de la SGAE es una broma que te has inventado y has puesto en tu listado de noticias para ver si tus lectores te leyan con el espirito critico de un europeo y no de un americano y se daban cuenta, verdad?
Emanuela

Anónimo dijo...

Siento decirte que no... lo leí en El País. ¿Qué tal todo?