Hola a tod@s!
Mientras las cenizas de un volcán paraliza a Europa por arriba, las protestas por el caso Garzón se suceden en medio planeta, Raúl Castro vuelve a decir aquello de “preferimos perecer antes de ceder al chantaje imperialista” ¿Con quién habrá contado?, la economía se va lejos y Polonia despide a media cúpula de su gobierno… yo decido prestar atención a cosas medianamente más agradables y empecé por irme al cine. Es que a veces, y sólo a veces, hay que desconectar del mundo para poder seguir respirando en él.
“La isla interior”, mi primera visita a la sala oscura, es una película plagada de buenas actuaciones e historias que no llegan a su fin: Tres hermanos en medio de una lotería genética donde se sortea el gen de la esquizofrenia, una madre que lleva la carga de la apariencia en su rostro, un padre enfermo y una isla que no se disfruta. Los actores juegan al máximo y logran salvar un guión que algo le falta y poco le sobra. En una cuerda distinta se mece “Alice in Wonderland”, esta vez Burton imagina un nuevo viaje de Alice al mundo subterráneo, pero ya no es una niña, tiene 19 años y su forma de apreciar la realidad ha cambiado aunque siga pensando en lo inalcanzable. Para mi gusto, le falta relojes, le falta acertijos, le falta muchas cosas pero me encantó. La reina roja ha sido todo un acierto, el 3D se disfruta aunque por momentos oscurece demasiado las imágenes secundarias, el gato me fascinó, al igual que la oruga… quizá sea porque, cada día, sigo pensando en siete imposibles antes de desayunar.
Os quiero,
Ed.
Mientras las cenizas de un volcán paraliza a Europa por arriba, las protestas por el caso Garzón se suceden en medio planeta, Raúl Castro vuelve a decir aquello de “preferimos perecer antes de ceder al chantaje imperialista” ¿Con quién habrá contado?, la economía se va lejos y Polonia despide a media cúpula de su gobierno… yo decido prestar atención a cosas medianamente más agradables y empecé por irme al cine. Es que a veces, y sólo a veces, hay que desconectar del mundo para poder seguir respirando en él.
“La isla interior”, mi primera visita a la sala oscura, es una película plagada de buenas actuaciones e historias que no llegan a su fin: Tres hermanos en medio de una lotería genética donde se sortea el gen de la esquizofrenia, una madre que lleva la carga de la apariencia en su rostro, un padre enfermo y una isla que no se disfruta. Los actores juegan al máximo y logran salvar un guión que algo le falta y poco le sobra. En una cuerda distinta se mece “Alice in Wonderland”, esta vez Burton imagina un nuevo viaje de Alice al mundo subterráneo, pero ya no es una niña, tiene 19 años y su forma de apreciar la realidad ha cambiado aunque siga pensando en lo inalcanzable. Para mi gusto, le falta relojes, le falta acertijos, le falta muchas cosas pero me encantó. La reina roja ha sido todo un acierto, el 3D se disfruta aunque por momentos oscurece demasiado las imágenes secundarias, el gato me fascinó, al igual que la oruga… quizá sea porque, cada día, sigo pensando en siete imposibles antes de desayunar.
Os quiero,
Ed.
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