sábado, 18 de diciembre de 2010

Viernes

Hola a tod@s!
Nuevamente Madrid se congela, pero esta vez bajo un cielo despejado y un sol de luz especial. Me gustan estos días que hacen recogerte y pensar hacia dentro. Me encanta llegar a casa y disfrutar del invierno a través de una ventana mientras escucho música y leo. Soy firme defensor de las estaciones y aunque me queje, como todo el mundo, de los grados menos o más, las lluvias y los temporales, siempre pensaré que la monotonía de una sola estación no es buena para el alma.
Muchas cosas han pasado y seguiré perplejo ante quienes, de manera impasible, dejan pasar el tiempo sin implicarse en la época que nos toca vivir. Ayer comentaba con una amiga que debemos devolver a la sociedad y a la naturaleza lo que nos ha dado, y desde luego que la contemplación no es la mejor manera de hacerlo. Sé que la edad y los golpes ablandan el espíritu, destensan el interés y des-agudizan la crítica. Yo sólo pido que no me pase a mí y me importa poco ser criticado por quienes, por los motivos que sean, han tirado la toalla. Una manera de hacerlo es seguir oteando lo que ocurre, analizarlo y compartirlo… y a ello voy. Por estos días hemos asistido al circo internacional que la diplomacia ha montado contra Julian Assange y su Wikileaks. La alarma ha saltado en todos los grandes despachos y seguro que más de uno, con dos dedos de frente, se pregunta: ¿Pero nadie sabía que las embajadas son centros de información? ¿Alguien está sorprendido por las opiniones, las “traquimañas” y un largo etcétera en que están sumidos los que nos dirigen? De cualquier manera pienso que ha sido bueno que nos recuerden que quienes dirigen son humanos, son personas con el mismo nivel de incertidumbre y reacciones tontas que tenemos todos. Assange no ha sido el personaje del año según la revista Times pero desde luego será recordado como tal. En cambio, es elegido para la portada de la revista el creador de Facebook y creo que lo merece. Nos guste o no, ese chaval ha cambiado la forma de relacionarse de una gran parte de este mundo. Yo le agradezco haberme conectado con amigos perdidos de la diáspora cubana y otras entidades. Amigos que por demás pertenecen a una variopinta gama de variedades: los que no creen en la necesidad de hacerse presente en momentos malos, los que ayudan pero no quieren ser ayudados, los que reciben y dan, los distantes y cercanos… ¿Cuál prefiero? No lo sé, quizá a todos, aunque pertenezco a una clase específica de ellos. Volviendo a Europa, Italia enloquece con el nuevo crédito a Berlusconi tan difícil de entender desde una óptica externa, Suecia se estremece por un ataque terrorista a finales de la semana Nobel y la Merkel toma las portadas para dar el visto bueno a las medidas adoptadas por la región ibérica. En otra cuerda, la película Biutiful comienza su periplo americano y ya tiene una nominación a los Globos de Oro… yo la vi y puedo decir que esta vez el director mexicano deja a un lado las rupturas para contar una historia lineal, plasmando la inmigración sin posicionarse. El guión falla enormemente y la estructura se apoya en dos actuaciones muy buenas… eso sí, sencillamente deprimente. También estuve en el Real viendo al ballet de Zürich bailar a Bach y aunque no decepcionó tampoco emocionó. En esta línea, una buena noticia para los amantes de la danza nos llega desde el Ministerio de Cultura: José Carlos Martínez, el elegante bailarín de la Ópera de París, dirigirá la compañía de Danza Nacional, y con esto habrá una esperanza para este arte en la península. Y para terminar algo de ciencia… Science ha elegido los 10 avances más notables del año, algo me ha llamado poderosamente la atención, luego de décadas de Biomedicina vuelven los avances en Física ¿Estaremos entrando en una nueva era?
Os quiero,
Ed.

No hay comentarios: