viernes, 10 de octubre de 2014

Viernes algo negro...

Hola a tod@s!
Sí, os escribo desde ese país que ahora está en portadas no por su sol sino por un virus que ha cambiando, esencialmente, de color. ¿Cuántas veces hemos cenado con el recuento de negritos africanos muertos por ébola en el televisor? Y de ellas, ¿cuántas veces hemos salido corriendo para tirarnos frente a una furgoneta policial, en protesta por los nulos fondos de investigación destinados a luchar contra la enfermedad negra? Hoy nos avergonzamos del gobierno español por su incompetencia, manifiesta. Nos indignamos por la gestión de una alarma sanitaria. Elevamos las manos a la cabeza en claro signo de inconformidad. Pero, ¿qué hicimos ayer? ¿A cuántos se le cayó la cara de vergüenza cuando os contaba que para estudiar enfermedades infecciosas y VIH se dispone de muy pocos millones… y poco es menos de cinco? ¿Quién se dijo: hago un evento en internet para concientizar sobre este problema que algún día me tocará? Será que no había un perrito por medio y esto hace pensar. 
El ébola ha cambiado de color, ahora no es sólo negro, también entra en los blancos del mundo aséptico al cual pertenezco. Los mismos blanquitos que tanto nos cuesta meter dinerito en las arcas de la investigación porque pensamos que eso es tarea de otro, y ese otro mira hacia otro lado. La situación en mi España no es buena, los palos de ciego y la ausencia de eso que llaman seriedad hacen su agosto en este país que parece erguirse sobre la improvisación. Se improvisa todo el tiempo y luego se rectifica improvisando aún más. Y sobre todo, lo único importante es la política. Introducir una enfermedad que no existe en un continente es una decisión dura, muy dura diría yo. Sólo justificable si estamos seguros de contar con medios, no sólo para atender un caso puntual, sino para afrontar una eventual propagación. ¿Quién preguntó? ¿Quién respondió? Me atrevería asegurar que pocas fueron las preguntas, en la decisión primó aquel interés político de actuar como gran potencia. También puedo aventurar una lista de “respondedores” aquellos que siempre dirán lo que se pide escuchar, algunos médicos, sí, pero con notas muy poco competitivas en sus exámenes de MIR. Ahora llega el momento de la verdad, el minuto que no admite improvisación. Se ponen serios, los figurines y la ministra de los jaguars desaparecen de la foto. ¡Cuidado, viene los grandes del gobierno! La vice presidenta tomará el timón. Ella se rodeará de científicos, de los primeros que debieron ser consultados, y ojalá que sean aquellos que sus respuestas no les haga tambalear su estatus. Quiero confiar en los que estén. Quiero tranquilizar a los que me rodean. Quiero pedir que dejen de hacer chistes y pasar mensajes tontos sobre una cosa tan seria. Quiero volver a tener la tranquilidad para retomar mis Viernes y no tener que saltarme una tradición de media vida. Esta semana, como todos los años, me tocaba hablar de los Nobels anunciados… está semana está siendo dura por muchos motivos. 
Os quiero, 
Ed.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No dejes de hacer la crónica de los nobeles

Anónimo dijo...

Desde el ministerio se dice que está todo controlado. Quien se lo cree. Lo argumenta la ministra del confeti para todos.
Nos hemos despertado durante meses con muertes en África y que hemos hecho ¿.....nada.
Pero que más da, eso pasaba en África. Aquel continente de esclavitud, dictaduras, refugiados, hambrunas y guerras..... pero nunca se acuerdan de que estamos en un país globalizado y que los virus no piden autorizaciones de residencia en los países del primer mundo
Firmado..... gofion